Nosotros y nosotras, estudiantes y recién graduados, hacemos constar lo siguiente: a pesar de las innumerables llamadas de atención de la comunidad científica, a pesar de los cambios irreversibles ya observados en todo el mundo, nuestra sociedad continúa su trayectoria hacia una catástrofe ambiental y humana.
¿Es necesario recordarlo? Cada una de las últimas tres décadas ha sido más cálida que la anterior y que todas las anteriores desde 1850[I]. En 2018, incluso los países escandinavos se vieron afectados por incendios forestales de una magnitud inusual[II]. Actualmente, el 60% de las especies europeas se encuentran en peligro de extinción[III], y un tercio de la humanidad se ha visto afectada por la desertificación[IV]. Además, el aumento en la frecuencia de fenómenos climáticos extremos, la disminución del rendimiento de los cultivos y la intensificación de las enfermedades situarán a más de 100 millones de personas en riesgo de pobreza en 2030[V]. Para el año 2050, se espera que 250 millones de personas se vean obligadas a desplazarse masivamente a causa de fenómenos meteorológicos extremos relacionados con el cambio climático[VI].
Esta lista podría continuar, pero vamos a intentar ser breves: a escala global, hemos cruzado al menos 4 de los 9 «límites planetarios»[VII] a partir de los cuales es probable que la degradación ambiental genere cambios bruscos en los ecosistemas de la Tierra, poniendo en riesgo el bienestar de la humanidad y el desarrollo de sus actividades. ¿Tenemos que cruzar todos los límites antes de reaccionar? En el Acuerdo de París, confeccionado durante la conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático (COP21) que tuvo lugar en 2015, 195 países, apoyados por grupos de expertos y ONG, acordaron la necesidad de contener el calentamiento global por debajo de 2°C para evitar los riesgos que conlleva un cambio climático irreversible. Sin embargo, la diferencia[VIII] entre el compromiso adquirido por los Estados en París y la evolución de las emisiones mundiales desde entonces muestra que las políticas llevadas a cabo son insuficientes.
Insuficientes porque no actúan sobre las raíces del problema: el funcionamiento de nuestras sociedades modernas, basado en el continuo crecimiento del PIB sin considerar las deficiencias de este indicador, ya constatadas por multitud de economistas en todo el mundo. Nuestro sistema económico sigue sin tener en cuenta que los recursos naturales no son infinitos[IX], y que parte de los daños causados en los ecosistemas son irreversibles; ignorando su propia fragilidad frente a los problemas ambientales y el incremento de las desigualdades sociales. Nuestros sistemas políticos, limitados por la lucha de intereses contrapuestos a menudo alejados del interés general, no proponen una visión a largo plazo ni tampoco decisiones ambiciosas para renovar nuestra sociedad. Finalmente, nuestro sistema ideológico valora los comportamientos individualistas que buscan el beneficio propio y el consumo ilimitado, y nos lleva a considerar «normales» modos de vida que están muy lejos de ser sostenibles. Mientras tanto, nos limitamos a ignorar los hechos o, en el peor de los casos, a negarlos.
Nosotros y nosotras, firmantes de este manifiesto, estamos convencidos de que este futuro tan oscuro no es inevitable. A día de hoy tenemos dos opciones: continuar como hasta ahora, contentándonos con el compromiso de una minoría y esperando las catastróficas consecuencias; o tomar las riendas de nuestro futuro y decidir colectivamente incluir en nuestra vida cotidiana, tanto personal como profesional, una ambición social y ambiental, con el fin de cambiar el rumbo del mundo y no acabar en un callejón sin salida.
La ventaja de la primera es su facilidad, ya que se trata de no cambiar nada o de continuar haciendo cambios superficiales. Pero, ¿de verdad vamos a quedarnos quietos sin hacer nada viendo como nuestro futuro se desvanece? Nosotros y nosotras rechazamos esta opción. Cada vez somos más los jóvenes que pensamos que un cambio radical en nuestra sociedad es hoy nuestra mejor perspectiva de futuro. Aunque disponemos de algo de tiempo antes de que nuestros países desarrollados y templados sufran graves problemas medioambientales, rechazamos completamente que este tiempo justifique la inacción, especialmente cuando otras personas ya están sufriendo las consecuencias de nuestro modelo de desarrollo. Actualmente, formamos parte de un sistema que utiliza más recursos naturales de los que produce el planeta. De media, los españoles necesitaríamos tres planetas Tierra si nuestro modo de vida se generalizara a escala global[X]. Actualmente nos beneficiamos de estas injusticias, y seremos en parte responsables si no nos comprometemos a combatirlas desde este momento.
Dada la magnitud de estos desafíos, somos conscientes de que los compromisos individuales, si bien son admirables, no son suficientes. Por ejemplo, ¿qué valor tiene ir a trabajar en bicicleta cuando se trabaja para una empresa que contribuye a la aceleración del cambio climático o al agotamiento de los recursos naturales? A medida que nos acercamos a nuestro primer trabajo, nos damos cuenta de que el sistema del que formamos parte nos conduce a puestos de trabajo que a menudo son incompatibles con nuestros valores y nos condenan a sufrir contradicciones cada día. Estamos decididos a cambiar las cosas, pero no podemos actuar solos: para superar estas contradicciones necesitamos la participación activa de quienes toman las decisiones económicas y políticas, cuyo único objetivo debería ser el bien común y la búsqueda de un desarrollo sostenible que garantice nuestro bienestar a largo plazo.
Como futuros trabajadores, estamos listos para salir de nuestra zona de confort y cambiar en profundidad nuestra sociedad.
Queremos aprovechar el poder que tenemos como estudiantes a la hora de elegir un puesto de trabajo que respete los valores expresados en este manifiesto. Afirmamos que es posible vivir bien sin incurrir en el consumo desmedido ni en la penuria, que la economía debe ser consciente de su dependencia del entorno para ser sostenible y que la respuesta a los problemas ambientales es crucial para reducir las desigualdades y los riesgos de conflicto. La sociedad que queremos no es ni una sociedad de privación, ni más dura, ni más triste; es una sociedad más generosa, más agradable, de desaceleración elegida. De hecho, la desaceleración de las destrucciones causadas por nuestro modelo económico no es incompatible con el bienestar humano, al contrario.
Como ciudadanos, como consumidores, como trabajadores, afirmamos en este manifiesto nuestra determinación de cambiar un sistema económico en el que ya no creemos. Somos conscientes de que esto implicará un cambio en nuestras formas de vida, porque es necesario: es hora de tomar las medidas necesarias y dejar de vivir más allá de nuestras posibilidades, a costa del planeta, de otros pueblos y de las generaciones futuras. Necesitamos un nuevo propósito que difiera simplemente de mantener nuestra capacidad de consumir bienes y servicios innecesarios. Debemos poner la transición ecológica en el corazón de nuestro proyecto social. Para lograr esto, debe nacer un impulso colectivo y, dado que la escala del proyecto requiere todas las energías posibles, estamos listos para utilizar la nuestra, con entusiasmo y determinación. Queremos, a través de nuestra movilización, alentar a todos los actores de la sociedad –autoridades públicas, empresas, individuos y asociaciones– a desempeñar su papel en esta gran transformación y realizar los cambios necesarios hacia un futuro sostenible.
Firmar el Manifiesto
¿Por qué deberías firmar este Manifiesto? Por ti, ya que con tu firma reconoces que todos los desafíos planteados son reales y que quieres formar parte de su solución. Por nosotros y nosotras, los estudiantes, para generar un impulso colectivo y dejar de sentir que aquellos que actuamos somos una minoría. Por los demás, para demostrarles que los estudiantes somos conscientes de estos desafíos, sabemos identificar sus causas y estamos listos para movilizarnos y actuar.
Quizás puedas sentir que este manifiesto no propone acciones concretas, y estás en lo cierto. En el apartado de FAQ explicamos por qué no hemos propuesto acciones específicas, y en la página ¿Qué Hacer? podrás encontrar muchas ideas sobre cómo puedes involucrarte en tu vida diaria. ¡Ahora depende de ti! ¡Firma el Manifiesto!
Fuentes
[I] 5ème Rapport du GIEC sur les changements climatiques et leurs évolutions futures (2013)
[II] Sarah Sermondadaz, "Incendies en Suède : un avant-goût de ce qui attend l'Europe, prévient Jean Jouzel", Science et Avenir (23 Juillet 2018)
[III] Agence Européenne pour l'Environnement, l'Environnement en Europe : Etat et perspectives (2015)
[IV] Comité Scientifique Français de la Désertification
[V] Banque mondiale, "Plus de 100 millions d'êtres humains pourraient continuer d'échapper à la pauvreté grâce à un effor immédiat en faveur d'un développement respectueux du climat", Communiqué de presse n°2016/164/GCC (8 Novembre 2015)
[VI] ONU Info, "Climat : 250 millions de nouveau déplacés d'ici à 2050, selon le HCR" (10 Décembre 2008)
[VII] Stockholm Resilience Center
[VIII] Programme des Nations Unies pour l'Environnement, The Emissions Gap Report 2017 (31 Octobre 2017)
[IX] Donella H. Meadows, Dennis L. Meadows, Jorgen Randers et William W. Behrens III, The Limits to Growth, Universe Books (1972)
[X] Vivir por Encima de los Límites de la Naturaleza en Europa